lunes, noviembre 20, 2006

Adiós a Saúl Ubaldini, homenaje a un luchador


Anoche falleció quien, desde mi poquito saber y joven perspectiva pañalera, fuera el último gran conductor que tuvo el Movimiento Obrero Organizado...
Creo que necesitamos de Hard para un pantallazo mas completo de su vida y trayectoria política,
sin embargo transcribo una completa síntesis de su vida:

Incontinente y presumida de la buena estrella de su hijo en los '80, mamá Carmen ventiló en aquel tiempo que el nombre Saúl Eldover, fue su tributo a un personaje de radionovela que rompía corazones femeninos durante aquella Argentina de la década infame.
Una retrospectiva de Saúl Eldover Ubaldini, permite decir que la suya también fue una vida de novela. Una novela en la que no predominaron historias de amor, sino continuas luchas de poder, que lo llevaron a saborear la gloria de los que ascienden como un cohete, hasta padecer los rigores de la caída libre por la popularidad perdida y la indiferencia de sus pares.
Fue sí durante su apogeo uno de los sindicalistas que mayor poder político acumuló. Tuvo, además, el carisma y la ductilidad mediática que les faltó a otros poderosos de la constelación sindical peronista, como Augusto Vandor, José Rucci o Lorenzo Miguel.
Amado y resistido en iguales dosis, Ubaldini hostigó a los militares todo lo que pudo, tuvo al PJ bajo su tutela, fue la piedra en el zapato de Raúl Alfonsín y recién con la llegada del menemismo transitó a la decadencia. Con los astros a favor o en contra, nunca cambió el libreto: el suyo fue un discurso contestatario y fundamentado en la doctrina social de la Iglesia, con posturas nacionalistas de contenido emocional que evocaban al peronismo paternalista de los primeros tiempos. La nostalgia era su fuerte, y también su orgullo.
Hijo único de padres obreros —radicales hasta la irrupción de Juan Perón en 1945—, Ubaldini nació en el barrio porteño de Mataderos el 29 de diciembre de 1936. Infancia austera pero feliz, con el oído afilado para el tango y el corazón enfocado en Huracán, su pasión futbolera. Adolescente ya se recibió de técnico industrial y después saltó a la Escuela de Policía Ramón L. Falcón, de la que egresó como oficial. Esa etapa, aunque breve, no era su tema predilecto. Rescataba en cambio sus dos años de conscripción como marinero de la Escuela Mecánica de la Armada, todavía no manchada por el horror.
De vuelta a la vida civil trabajó en un frigorífico, como su padre, hasta ser cesanteado por su militancia sindical. La necesidad de ganarse la vida lo llevó, en 1971, a la Fábrica Argentina de Levaduras, en la calle Tronador. Sería el trampolín a la fama. Siete años después, el protagonismo de aquel fogoso dirigente de la Federación de Obreros Cerveceros, lo convirtió en el candidato ideal para mostrarle los dientes a la dictadura militar, desde la cumbre de una CGT (CGT-Brasil) conformada por los gremios de la Comisión Nacional de los 25, una corriente sindical que tuvo como contracara a la Comisión Nacional de Trabajo (CGT-Azopardo), más inclinada a explorar el diálogo con los temibles gobernantes militares, como auspiciaba el plástico Jorge Triaca.
Ubaldini era joven, voluntarioso, ignoto y fácil de manejar. Eso creían Lorenzo Miguel y el petrolero Diego Ibáñez, naves insignias de las ortodoxas 62 Organizaciones. Con el tiempo, terminarían dándose la cabeza contra la pared más de una vez por haber proyectado al estrellato a un hombre que siempre privilegió su autonomía por sobre los deseos de esa entelequia sindical que son los "cuerpos orgánicos".
Con más o menos suceso, el cervecero motorizó un puñado de huelgas de oposición política al régimen militar y encabezó procesiones por "paz, pan y trabajo" al templo de San Cayetano en el barrio de Liniers (se tornarían un clásico), en repudio a la desindustrialización del país. La protesta más recordada fue la del 30 de marzo de 1982, con epicentro en la Capital. La movilización dejó un saldo de más de mil detenidos, incluido Ubaldini. Paradojas argentinas, tres días más tarde era pasajero del gobierno militar en un vuelo chárter a Malvinas. Antes de que acabase aquel mal sueño apareció junto a Juan Pablo II, pidiendo por la paz, en un palco montado en el Mercado Central.
El acceso de Alfonsín a la presidencia lo dejó perplejo. Pero quedó a salvo del mote de mariscales de la derrota que se ganó la dirigencia sindical que se llevó consigo al precipicio a Italo Luder. La denuncia de un pacto sindical-militar hecha por Alfonsín se había impuesto. Pero con la vuelta de la democracia, Ubaldini se consagró como el virtual jefe de la oposición.
"Dios quiera que nunca tengamos que llegar a ello", dijo a poco de asumir el radical, refiriéndose a la posibilidad de futuros paros. Por lo visto, Dios no quiso: durante el período 1983-1989, se realizaron unas 4 mil huelgas sectoriales y de empresa y 13 paros nacionales, varios acompañados de movilizaciones multitudinarias.
El primer gran encono lo produjo el fallido proyecto de reordenamiento sindical que impulsaba Alfonsín, para que los gremios adoptaran mecanismos democráticos de representación de minorías. Después vendrían cientos de batallas, cuando no por salarios u obras sociales, fueron por una nueva ley de asociaciones sindicales o por reestablecer paritarias. Plan Austral mediante, los cruces verbales con el radical hicieron época: "Mantequita y llorón", lo había llamado Alfonsín. "Llorar es un sentimiento, mentir es un pecado", le devolvió el cervecero que hizo de las camperas de cuero una marca registrada.
El comienzo del fin para Ubaldini se llamó Menem, que ya como Presidente le dio alas al gastronómico Luis Barrionuevo y a los otros "gordos", para buscar apoyo sindical al ajuste salvaje que se venía. El riojano procuró entusiasmar al cervecero con una agregaduría laboral en España. Pero Ubaldini no compró. Y así fue como se atrincheró en la sede de Azopardo, viendo como se iban sus aliados, hasta quedarse literalmente solo en ese viejo edificio, al que sólo abandonó ante una amenaza concreta de desalojo.
La suerte había cambiado. Después de rechazar mil ofertas para ser candidato del PJ, recién en 1991 se decidió a dar la pelea como candidato a gobernador bonaerense y por afuera del partido. Quiso pulsear con Eduardo Duhalde, pero se topó con el carapintada Aldo Rico, que al final se quedó con los votos de una clientela que creía suya. En el 99, Duhalde le tendió la mano y lo hizo diputado nacional dos períodos seguidos. Sindicalmente, buscó renacer con la fundación del MTA (los rebeldes que se fueron de la CGT menemista), pero esa sigla tenía dueño: Hugo Moyano.

Creo que su historia habla por si sola, un gran tipo, un gran conductor sindical y un tipo que nunca hizo bandera de la resistencia al modelo ni se paró en esa resistencia solitaria para construir nada puesto que sabía que el lugar que le corresponde a los conductores del movimiento obrero es siempre la lucha y la resistencia, ello no es una virtud sino una cualidad inherente a su condición.

Ahh... también se murió ayer Julio Ramos, el Director de Ámbito Financiero que padecía una leucemia fulminante según informa La Nación.

NO SE OLVIDEN DE JORGE JULIO LOPEZ

9 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Otra estampita mas para el santoral peronista, dirán los peluditos.
Por que joderan con este tipo que fue un burócrata mas.
Si te lo tuviera que explicar yo, lo haría del sentimiento más que de la razón.
Porque te daba orgullo que te llamara compañero.
Por eso voy a explicarte con palabras del enemigo cual fue su merecimiento
para estar en ese santoral.

“En rigor, Ubaldini fue un estandarte de la resistencia sindical”.LN


“Ubaldini organizó la primera huelga contra la dictadura militar, el 27 de abril de 1979, que concluyó con represión y cientos de dirigentes heridos y presos”LN

”Y también existió un sector intransigente, que se opuso al régimen militar, en el que estuvo Ubaldini como aliado del Grupo de los 25, un sector renovador del PJ que también integraban Osvaldo Borda (caucho), Roberto García (taxistas) y Roberto Digón (tabaco), entre otros, que terminaron formando la CGT Brasil”. LN

“Con la normalización de los gremios a partir de 1982 (un año antes del regreso a la democracia) y luego, con el PJ derrotado por primera vez en las urnas, comenzó para Ubaldini una doble tarea: la recuperación del justicialismo como alternativa de poder político y la constitución de la CGT como ariete de los reclamos salariales frente a un gobierno radical que evidenció una política económica inestable”.LN

“Pero su pelea no fue sólo con el gobierno radical: Ubaldini también se opuso a Carlos Menem cuando éste, tras su triunfo electoral, en 1989, viró hacia una política económica de matices "neoliberales y no peronistas", tal como cuestionaba el líder sindical”.LN


Por eso, que dice el enemigo, el esta en el cielo peronista, con San Perón y Santa Evita.
Junto a San Discepolin, San Hugo y San Jauretche, cantando tangos y tomando mate cocido.
Dentro de algunos años las abuelas peronistas les darán a sus nietos la medallita de San
Ubaldini y les dirán “Cuando dudes hace como él, seguí tu corazón y tus sentimientos,
porque estos no se equivocan”

Un abrazo peronista
manolo

PD: http://buscador.lanacion.com.ar/Nota.asp?nota_id=860509&high=ubaldini

21 noviembre, 2006 16:09  
Blogger G.F. said...

Coincido totalmente Manolo, creo que no fue reconocido en vida como debió hacerse, pero la historia seguramente le depare un lugar importante. Sls. Gonzalo.-

21 noviembre, 2006 18:42  
Blogger Daniel de Witt said...

Totalmente en desacuerdo esta vez. Saúl Ubaldini, y perdón a quien se pueda ofender por esto, fue un terrible hijo de puta.
No coincido con que "enfrentó todo lo que pudo a los militares". Sólo los enfrentó cuando la dictadura estaba en retirada, y ahí sí les hizo una huelga.
Ubaldini era un sindicalista cervecero durante la dictadura, y sé de buena fuente que fue el delator de varios compañeros que están desaparecidos.
Personalmente, creo que con las muertes de Milton Friedman, Julio Ramos y Saúl Ubaldini, cada uno con sus particularidades, el mundo está un poquito más saludable.
Saludos.

21 noviembre, 2006 19:51  
Blogger G.F. said...

Daniel, no coincido respecto a lo primero, 1979 no era justamente un año de los blandos de la dictadura, quizá tampoco de los mas pesados, pero de ninguna manera un año blando, posiblemente te equivoques mezclando con el paro que hizo aquel 30 o 31 de marzo de 1982 con el de 1979.
Con respecto a los de los cerveceros que decís creo que Hard, amplio conocedor del mundillo sindical en general y de Ubaldini en particular nos puede iluminar un poco al respecto. Ahora le mando un mail y le pregunto bien para que responda él.
Igualmente la historia real se la acaba de llevar a su tumba y solo podremos tener aproximaciones. Sls. Gonzalo.-

21 noviembre, 2006 21:58  
Blogger Daniel de Witt said...

Sí, yo me refiero al paro de 1982. No tenía conocimiento de que Ubaldini haya participado del paro de 1979. Voy a a averiguar. Sí es así rectifico lo dicho en ese sentido.
Ratifico lo de la delación de compañeros.
Saludos.

21 noviembre, 2006 22:50  
Blogger Andrés said...

Yo también reivindico la figura de Ubaldini, más allá de algunos cuestionamientos que se le puedan hacer. Y, además de todo lo que ya se dijo, era un tipo muy humilde.

Saludos

22 noviembre, 2006 07:36  
Blogger G.F. said...

Daniel: Ya me parecía, lo que pasa que está muy difundida y recordada la historia del paro de 1982 por la magnitud y basicamente por que a los 3 dias que los cagaron a palos estaban vitoreando, casi los mismos, a Galtieri. Igual con respecto a los compañeros que haya entregado, sostengo lo dicho antes, se llevó la verdad consigo, igual desde lo personal, no creo que lo haya hecho, era un tipo muy leal y compañero como para traicionar a otro compañero.
Coincido Lord Henry con la apreciación. Abrazo. Gonzalo.-

22 noviembre, 2006 12:10  
Blogger Hard Core said...

1)
en 1982 dia despues del apaleo Ubaldini viajo invitado por Galtieri en el Charter a la Misa en Malvinas recuperada. Witt ya ahi la CGT Brasil tenia Historia.
2) La comisión Nacional de los 25 que termino apoyando a Ubaldini en que estaban Borda, Garcia, Digon etc, no eran funcionales a Ubaldini, en realidad Ubaldini se asentaba en las Regionalles y en tres dirigentes nacionales de gremios no alineados. Asi podia manejarse entre las presiones de las 62 y los 25.
3) el nombre concreto de Ubaldini sale de una eventual impugnacion a dos nombres que eran puestos en la conduccion de la CGT esta Lorenzo Miguel y Jose Rodriguez de Smata. Que en esos momentos estaba en los 25. Saul fue propuesto por los no alineados como la solucion a diferendo. Asi surge.
4) Cuando fue la eleccion del Frejuli y el Frejupa, llamese PJ Intervenido a Herminio Iglesias contra Cafiero (el viejo) ambos dos le ofrecieron a Ubaldini ser diputado, Ubaldini a ambos dos pidio los cinco primeros lugares. Era para los jovenes brillantes. Inclusive el. Era como para que le dijeran no. Desde esa vez, fijense primera depues de comenzada la decadencia de alfonsin fue directamente al ostracismo politico. Menem solo lo que hizo le puso su impronta.
No olvidar tampoco el acto de Velez donde se silbo a Lorenzo y Ubaldini trato de salvar a Lorenzo, gran gesto pero tenia algunas cosas que le facturaban.
5) Bien o mal, su peronismo no fue extraño en la recuperacion de la democracia. Sobre todo, porque el aunque parezca mentira represento a la Ciosl que mandaba los fondos para las mujeres de los cumpas detenidos. Y fue realmente justo con su manejo. Recibio a Seguel cuando era nadie a Lula cuando era apenas un luchador. Jamas se envanecio y fue orgulloso se su origen y su pertenencia. Se fue un verdadero pedazo de la historia reciente.

22 noviembre, 2006 17:46  
Blogger G.F. said...

Este era el aporte que faltaba para terminar de ratificar, desde mi punto de vista, que se fue quizá, el ultimo gran conductor del movimiento obrero organizado. Abrazo y gracias por el aporte HARD. Gonzalo.-

22 noviembre, 2006 17:53  

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