"SOMOS MEMORIA"

A los 70 años falleció Susana Valle, hija única del General Juan José Valle, nació en Avellaneda en 1936. Estudió en Avellaneda pero también en Suiza. Entonces, aprendió a vivir como una joven rica y a pensar como una militante peronista. A ser amiga de los hijos del poder —entre ellos, los Aramburu— y a ser mimada por Perón y Evita. El derrocamiento de Perón en 1955 fue una tragedia colectiva pero también personal para los Valle, el general comenzó a preparar la rebelión contra la dictadura de su antiguo amigo, el general Aramburu. En junio de 1956, el mundo conocido por Susana Valle estalló definitivamente. El levantamiento peronista comandado por su padre fracasó, y fue fusilado en la Penitenciaría de la calle Las Heras por orden de Aramburu. Ella fue la última que lo vio antes de que fuera llevado al pelotón de fusilamiento. Su padre le dejó una carta en la que la comprometía a ser, a partir de entonces, una militante "de la causa del pueblo" y a los 19 años, Susana Valle formó parte de la resistencia peronista. "Estuve presa antes de tener la llave de mi casa", solía contar. Fue correo de Perón tanto desde Caracas como desde Madrid, cuando el líder exiliado enviaba instrucciones a la resistencia peronista. En los años 60, Susana Valle se fue transformando en un símbolo del peronismo y la resistencia peronista. A fines de esa década, Susana Valle colabora con la formación de la guerrilla peronista, tanto de las Fuerzas Armadas Peronistas (FAP) como de Montoneros. Su rol nunca sería militar sino político.
En 1976, logró esconderse de la dictadura y se casó. El ostracismo voluntario se interrumpió en Córdoba en 1978 cuando el general Menéndez la mandó a prisión y la vigiló personalmente. Fue esposada a una cama de mármol en la morgue de un hospital, estaba embarazada, y fue sometida a picana eléctrica, se le provocó el parto prematuro de mellizos: uno de ellos nació muerto y fue colocado sobre su pecho y el otro, que nació vivo, fue colocado lejos de su alcance pero a su vista, hasta que Susana lo vio fallecer. Hoy los mellizos descansan en la bóveda del cementerio de Olivos, junto a su abuelo general. Un año después tuvo a su hija, Soledad.
Quedarán en la memoria del General Valle:
Su verdugo, el general Pedro Eugenio Aramburu duerme.
El general Juan José Valle recuerda que con su verdugo entraron juntos al Colegio Militar. Fueron compañeros de banco hasta el grado de subteniente.
Sus familias veraneaban juntas en Mar del Plata. Incluso fueron socios, con otros generales, en una empresa de construcción.
Pero ahora todo esto no cuenta.
“Los democráticos” darán una lección de dureza. De eso saben mucho. Hace menos de un año han bombardeado a la población indefensa en Plaza de Mayo.
“Se acabó la leche de la clemencia” dirá después el dirigente “socialista” Américo Ghioldi.
Desde el blog va nuestro homenaje, recuerdo y reconocimiento hacia todos aquellos luchadores, los "anónimos" y los no tanto de la Resistencia Peronista.