Repensar la democracia

Siendo absolutamente sinceros, el tema da para mucho y es largo, pretendo solo esbozar alguna idea acerca de lo que me refiero cuando digo de “repensar” la democracia: Sin dudas no se trata de cambios de sistema, o tal vez si, como sistema no es perfecto pero si perfectible, mejorable y eso lo hace a todas luces viable al menos y adaptable a cada sociedad, (Enrique Pinti sostiene que prefiere la peor democracia a la mejor dictadura por que al menos tiene la libertad de decir que no le gusta y que por ello no lo maten), como todo sistema se basa en ciertos derechos fundamentales que hacen a su espíritu como la libertad de expresión sin ningún tipo de censura previa, la libertad de tránsito de las personas, el derecho a huelga y un sin fin de derechos políticos que todos conocemos sobradamente, sin embargo hay otros derechos a los que no les asignamos tanta importancia como merecen y sus consecuencias son nefastas. Sostengo que una democracia madura o en “vías de madurez” debería considerar tan central de sus políticas el aseguro de estos derechos enumerados, como así también debe ser central la lucha contra la pobreza, la impunidad para quienes violan leyes, ni hablar de los crímenes de lesa humanidad, la indigencia, la deserción escolar, la vivienda, el trabajo, el acceso a la salud, etc. y sostengo esto por que si uno observa que se cumplen ampliamente con los mas conocidos no pasa lo mismo con los últimamente enumerados, conclusión, mas del 50% de los latinoamericanos dicen preferir un gobierno autoritario que resuelva sus principales problemas a una democracia. Con un pueblo sin derechos tan fundamentales como la educación, la salud, el empleo… no se puede construir una democracia en serio, menos aún una sociedad justa, ello es absolutamente inviable y lo podemos reforzar con que su incumplimiento, además de ser una aberración desde el punto de vista jurídico, es una INMORALIDAD.
Foto: ALIENDUCE