Ayer no se pudo... ¿Hoy?

Esta idea de unión, de concordia, tan atrayente, durante mucho tiempo fue despreciada por los intentos de globalización. Los elocuentes discursos, los cánticos a la amistad y las sublimes proclamas a la unidad, fueron enteramente desacreditadas durante largos años.
Para reforzar la noción haría falta, entre otras cosas, dar a la palabra “concordia” un contenido efectivo, no puramente sentimental: un contenido científicamente comprobable. La concordia, cuando realmente existe, se traduce en fenómenos verificables, de la misma manera que el perfecto ajuste de un mecanismo se manifiesta en una especie de armonía de fuerzas físicas.
La máxima concordia corresponde a la máxima efectividad: La paz eminentemente constructiva. Cuando las voluntades chocan unas con otras, cuando los hombres son llevados por la fuerza allí donde no quieren ir, la discordia latente se manifiesta en toda clase de resistencias. Otro tanto podría decirse de las relaciones entre los pueblos. Sólo cuando estas relaciones, como ocurre hoy día, se traducen en la adición de esfuerzos y en la realización de obras positivas, puede decirse que son cordiales y pacíficas.
En cualquier caso la concordia es una unión libre de corazones: en la concordia no se actúa por imposición sino por iniciativa de la propia voluntad o bajo la influencia de una voluntad libremente aceptada.
Aunar las voluntades, como quedó claro en el llamado a la concertación el 25 de mayo, es una empresa mil veces más difícil que avasallarlas. Por eso la creación de la verdadera paz es tan trabajosa y se da tan pocas veces dentro del panorama histórico de la Humanidad. Por eso es menester que todos trabajemos para que esta oportunidad no pase sin obtener los éxitos necesarios, los que necesita nuestro país y por añadidura, nuestro Presidente.
El Gral. Perón decía sobre la unidad de las fuerzas populares: "La unidad es indispensable y será un paso previo al triunfo popular. Lo principal es para qué hacemos la unidad, cuales son los objetivos cercanos y cuáles los grandes objetivos. Unidad para simple usufructo politiquero, no. Sí, en cambio, para dar las grandes batallas por la soberanía nacional y la revolución social".